El euskara es un idioma no indoeuropeo, es decir, no forma parte del tronco común de idiomas al que pertenecen la gran mayoría de los de Europa y la franja asiática indo-iraní. A este tronco común, además del euskara, tampoco pertenecen el finés, el maltés, el estonio, el húngaro, el turco ni el georgiano.
Los llamados pueblos indoeuropeos habitaban hace 6.000 años un área que, aunque indefinida, se situaría entre Irán y las Estepa siberiana. Desde ahí comenzaron un proceso de expansión territorial y cultural por Asia y Europa acabando con el sustrato idiomático anterior, preindoeuropeo, y haciendo que la práctica totalidad de los idiomas hablados por los pueblos europeos tuviera el mismo tronco común.
A su llegada hace 22 siglos, el panorama lingüístico que encontraron los romanos en nuestro entorno geográfico era el de unas lenguas de origen indoeuropeo, las de los pueblos celtas, y otras dos no indoeuropeas, la de los íberos y la de los vascones (tal vez hablada o emperanteda con la de algún pueblo vecino, los aquitanos), antecedente esta última del euskara actual. Con la romanización y consiguiente latinización, el idioma de los íberos desapareció, quedando como única lengua preindoeuropea de la Europa Occidental la lengua hablada por los vascones.
Además de no indoeuropea, tenemos que el euskara es una lengua aislada. No se le conocen parientes idiomáticos. Se han elaborado muchas teorías a lo largo del tiempo para tratar de relacionarla con otras, como el íbero, el bereber, lenguas caucásicas… y todo parece haber sido infructuoso, cobrando cada vez más fuerza la posibilidad de que se trate de un idioma nacido y desarrollado in situ, en la misma localización que ofrece en la actualidad, en la zona que rodea al Pirineo occidental.
Su extensión, eso sí, ha ido perdiendo espacio con el paso del tiempo debido a la presión de los idiomas circundantes, como puede apreciarse en el mapa que sigue:
Por este motivo, en la actualidad, el euskara es en Navarra una lengua minoritaria, pero también minorizada. Ambos términos, aunque parecen cercanos, presentan alguna importante diferencia entre ellos. Minoritaria hace referencia a la cantidad de hablantes que la usan en relación a la otra lengua con la que convive, que es mayoritaria. El de minorizado es un concepto unido a la sociolingüística y en él hay que considerar elementos de marginación, aislamiento, imposición o prohibición de uso para haber llegado a la situación actual, elementos que pueden haber tenido un origen consciente y calculado desde determinado poder político, pero que pueden darse también, por diferentes motivos, desde dentro de la propia población que usa ese idioma.
El euskara es, además, una lengua que ha vivido y vive una situación de diglosia. Este término se emplea en las poblaciones en las que existen a la vez dos idiomas y, debido a diferentes circunstancias, uno de ellos es considerado más prestigioso que el otro, siendo utilizado como lengua de cultura, o de uso oficial, o para las ocasiones formales, quedando relegado el otro al uso familiar, cotidiano, folclórico y a ocasiones más unidas a la oralidad y menos a la escritura. Este concepto de diglosia se aleja del bilingüismo en cuanto al status social que adquiere cada una de las dos lenguas que conviven en un territorio, siendo bilingüismo una relación de igualdad entre ambas, sin predominio de una sobre la otra, con la misma consideración de prestigio, mientras que en la diglosia la relación es desigual, siendo una predominante y prestigiosa y la otra usada sólo en situaciones menos formales u oficiales.
Por lo tanto, en la actual Alta Navarra tenemos dos idiomas, euskara y castellano, siendo aquél autóctono pero viviendo en una situación minorizada y diglósica con respecto al castellano.
Para saber más:
- “Euskararen geografia historikoa”. Adolfo Arejita, Ander Manterola, Segundo Oar-Arteta
- “El euskera arcaico, extensión y parentescos”. Luis Núñez Astrain